Cuidar es más que la dependencia: Del control a la confianza en el modelo finlandés de atención a mayores
Una visita al centro Kustaankartano en Helsinki revela las claves del modelo finlandés de atención a personas mayores: participación ciudadana, evaluación integral, agilidad institucional e innovación tecnológica. Un recorrido inspirador, organizado por Orkidea e Inforesidencias.com, que invita a repensar el cuidado desde la confianza y la personalización.

El frío de Helsinki apenas se sentía cuando cruzamos las puertas de Kustaankartano, el mayor centro de atención para personas mayores de la ciudad. Pero lo que nos recibió fue mucho más cálido que el clima: una historia viva de cómo un país organiza el cuidado de sus ciudadanos más longevos desde una filosofía radicalmente distinta a la nuestra.
Ubicado en el barrio de Oulunkylä, Kustaankartano comenzó a construirse en 1953, marcando un hito como la residencia para mayores más grande del país en aquel entonces. Diseñado por la pareja de arquitectos Eija y Olli Saijonmaa, este complejo; o más bien, aldea para el cuidado, se convirtió en símbolo de una visión arquitectónica y social pensada para durar décadas. Hoy, tras varias renovaciones, el centro acoge a más de 500 personas, con cerca de 350 profesionales trabajando diariamente.
Pero Kustaankartano es mucho más que un conjunto de edificios. Es una representación tangible del modelo finlandés de atención a las personas mayores. Y nuestra visita no fue solo una excursión técnica; fue el cuarto viaje profesional que organizamos junto a Inforesidencias.com a Finlandia, con el propósito de conocer, aprender y compartir buenas prácticas en atención sociosanitaria.
Cada viaje ha sido una oportunidad para profundizar en los principios que sostienen el sistema finlandés: confianza, participación ciudadana, continuidad del cuidado y evaluación integral. Y esta visita en particular nos permitió ver de cerca cómo se traduce esa filosofía en lo cotidiano. Fue, en definitiva, un viaje hacia otra forma de entender el envejecimiento, la salud y el rol del Estado y del ciudadano en una sociedad que se prepara para envejecer con dignidad.
Democracia participativa en el corazón del sistema
Uno de los aspectos más sorprendentes fue conocer cómo se gobiernan los servicios sociales y de salud en Helsinki. No son burócratas ni técnicos quienes toman las decisiones estratégicas, sino un comité elegido por la ciudadanía en elecciones municipales. Este "Comité de Servicios Sociales, Sanitarios y de Rescate" decide presupuestos, establece reglas y resuelve apelaciones de ciudadanos que no están de acuerdo con decisiones sobre su atención.
Durante nuestra visita, esta estructura fue descrita como el “perro guardián” del sistema. Un contrapeso que garantiza que la voz del usuario esté siempre presente. El contraste con España es profundo, donde los sistemas están en manos de estructuras técnico-políticas. Esta lógica participativa no solo redistribuye poder, también genera mayor confianza institucional.
Evaluación integral y personalizada
El acceso a los servicios sociosanitarios en Helsinki comienza en Senior Info, una ventanilla única, accesible y sin cita previa, donde cualquier persona mayor de 65 años o sus familiares, puede recibir orientación sobre los recursos disponibles. A partir de ese primer contacto, se inicia un proceso de evaluación que puede durar entre una y tres horas, y que aborda de forma integral dimensiones como la salud física, el entorno del hogar, las redes de apoyo social, la situación económica, el estado emocional y mental, así como posibles riesgos de violencia o adicciones.
Lo verdaderamente innovador y completamente alineado con nuestra visión en Orkidea, consultora especializada en sistemas de información para la valoración geriátrica y de salud mental integral, es la utilización del sistema InterRAI . Esta herramienta estandarizada, interoperable y científicamente validada permite que la información fluya sin interrupciones entre los distintos niveles del sistema: atención hospitalaria, domiciliaria, centros de día y residencias. Gracias a esta integración, se eliminan duplicidades, se optimizan recursos y se garantiza una continuidad del cuidado centrada en la persona.
En el caso de Helsinki, además, han desarrollado un módulo complementario denominado "Helsa", diseñado específicamente para profundizar en la dimensión social del usuario, lo que refuerza aún más el enfoque holístico del modelo finlandés.
Desde nuestra experiencia impulsando la adopción de este tipo de sistemas en América Latina y España, creemos firmemente que este enfoque representa el futuro de los sistemas de atención. A diferencia del modelo tradicional español, centrado en escalas de dependencia física, el modelo finlandés permite identificar y comprender la necesidad de cada persona desde una perspectiva más humana, contextual y multidimensional. Esto posibilita diseñar un verdadero "paquete de servicios a medida", centrado en la persona, no en su diagnóstico.
Rapidez legalmente garantizada
Uno de los puntos que más impactaron al grupo fue la eficiencia del sistema. Por ley, desde que una persona solicita servicios hasta que se toma una decisión no pueden pasar más de tres meses. Además, se establece la obligación de revisar los planes de atención cada seis meses, especialmente en atención domiciliaria.
Aunque admiten que no siempre logran cumplirlo al 100 %, la existencia misma de estos estándares habla de un compromiso con la agilidad. En España, procesos similares pueden tardar más de un año, y las revisiones son esporádicas y burocratizadas.
Un laboratorio vivo
Kustaankartano no solo ofrece cuidados, también experimenta, aprende e innova. Es un auténtico living lab, un laboratorio viviente donde se prueban tecnologías en condiciones reales, en colaboración con distintos proveedores e instituciones. Durante la visita, varios proyectos captaron mi atención, pero quiero destacar tres que me parecieron especialmente relevantes:
1. Iluminación inteligente y bienestar en demencia (Philips Hue)
Uno de los proyectos más interesantes fue el uso de luces inteligentes para modular los ciclos de luz en las unidades de convivencia. Este sistema ajusta tanto la intensidad como el color de la luz a lo largo del día, con el objetivo de regular los ciclos circadianos de los residentes. Los resultados fueron contundentes: se observó una reducción significativa en el uso de medicación para dormir, así como una disminución de los comportamientos agresivos relacionados con el sundowning (síndrome del atardecer), especialmente en personas con demencia. Un buen ejemplo de cómo una intervención ambiental bien pensada puede tener un impacto directo en la calidad de vida.
2. Suelos inteligentes personalizados según la valoración geriátrica (MariCare)
Otro desarrollo que me sorprendió fue el de los suelos inteligentes. Estos dispositivos no solo detectan caídas o activan alarmas, sino que permiten personalizar zonas de monitoreo en función del perfil geriátrico de cada residente. Por ejemplo, si una persona se queda sola, el sistema puede activarse únicamente en ciertas zonas sensibles, como la entrada al baño, alertando si hay movimientos inusuales. Esta solución evita la invasión de la intimidad, ya que no utiliza cámaras ni sensores de imagen, y ofrece además una herramienta de gestión: se pueden medir con precisión los tiempos de respuesta del personal cuidador. Es una forma concreta de adaptar la tecnología a las necesidades de cada persona, en lugar de imponer soluciones estandarizadas.
3. Un muro sensible para estimular, calmar y rehabilitar (OiOi)
Por último, tuve la oportunidad de interactuar con un muro sensible, una innovación sencilla pero poderosa, pensada para la estimulación cognitiva y sensorial de personas con demencia. Al mover mis manos frente a él, las imágenes respondían en tiempo real con una sinfonía de luces inspirada en la aurora boreal. La experiencia fue realmente satisfactoria: pude imaginar el potencial terapéutico que tiene para calmar estados de agitación o motivar pequeños ejercicios de rehabilitación a través del juego.
Vida comunitaria y dignidad cotidiana
El lugar también refleja una vida activa. Desde 1985, ofrece comidas y actividades a otros jubilados del vecindario. Hay una biblioteca móvil, talleres de manualidades, conciertos, e incluso misa semanal. La integración con la comunidad es constante, y los espacios, desde el café hasta el salón de eventos restaurado de los años 50, están llenos de vida, no solo de atención.
Reflexiones finales
Salir de Kustaankartano es volver con preguntas:
¿Por qué no puede ser así en España o América Latina? ¿Qué nos impide replicar una atención centrada en la persona, participativa y ágil?
Lo que vimos en Helsinki no es perfecto, pero sí inspirador. Nos recuerda que cuidar mejor es posible si se confía más en el ciudadano, se invierte en evaluaciones holísticas y se legisla pensando en tiempos reales. Finlandia no solo cuida a sus mayores, los escucha, los respeta y los pone en el centro del sistema.
Quizás ese sea el mejor termómetro de una sociedad que envejece con dignidad.