Más allá de los disfemismos: Aprendiendo del modelo de atención a mayores de la ciudad de Helsinki

14 junio, 2024

Grupo de de profesionales del sector geroasistencial español en la plaza del la catedral de Helsinki

A mí me da un poco de pena ver cómo la discución pública sobre temas complejos, como el mantenimiento de la calidad de vida de las personas mayores, se llena de disfemismos y comparaciones fáciles, empobreciendo la discusión. Por ejemplo, se utiliza la expresión “la uberización de los servicios sociosanitarios en España” para referirse a la nueva ley española que busca mantener a las personas en su hogar el mayor tiempo posible. Creemos que una frase lapidaria o un tuit puede explicar y argumentar todo. Nos hemos vuelto impacientes y recurrimos a frases hechas para abordar realidades complejas o simplemente para sintetizar lo insintetizable.

Por supuesto, las patronales del sector deben defender sus intereses y contribuir al diálogo abierto y sincero con el resto de los actores del sistema. Sin embargo, el sistema de seguridad social español aún tiene muchas tareas pendientes antes de poder definir la receta del éxito en el cuidado de las personas mayores. Esto lo digo no como crítica, sino como un ejercicio de humildad. Humildad para escuchar a los diferentes actores y llegar a un consenso, que al final es lo que exigimos los ciudadanos.

Con mucha menos algarabía, Finlandia ha estado probando consistentemente métodos que garantizan la calidad de vida de las personas mayores en el hogar, sin proclamar tener la receta mágica. Es difícil extrapolar esta experiencia a España, pues son países con culturas, organizaciones políticas, estructuras de servicios y expectativas diferentes sobre el cuidado de las personas mayores. Finlandia tiene sistemas más centralizados en ciertos aspectos, y hay que decir que el caso de Helsinki no representa a toda Finlandia; en otras partes del país se pueden presentar fenómenos similares a los de regiones o comunidades autónomas en España, más alejadas de los centros de poder e influencia económica.

No obstante, hay que reconocer que Helsinki, como la ciudad más envejecida de los países nórdicos, ha hecho un gran esfuerzo por tener un sistema transversal e integrado de cuidados que se enfoca en mantener la independencia de las personas mayores en su hogar hasta donde sea posible. Esto no está exento de desafíos, pero han creado una red excepcional de servicios de atención domiciliaria, de la cual no se jactan mucho, pero que sorprende al compararla con otros países, ciudades o regiones.

Esta fue la lección que me quedó de nuestro tercer viaje geroasistencial a Finlandia organizado por Inforesidencias, cuando visitamos uno de los muchos centros de servicios para mayores de Helsinki gestionados por la administración pública. Los integrantes del viaje me preguntaban: “¿Pero qué es esto? ¿Un centro de día, una residencia, un apartamento tutelado?” Como organizador del viaje, me costaba hacer una analogía con algo que existiera en España. Realmente es un concepto totalmente diferente.

Los centros de servicios senior, residencias, viviendas grupales y centros de día en la ciudad de Helsinki dependen del Comité de Servicios Sociales, Salud y Servicios de Rescate. Sin embargo, la mayoría de los servicios están bajo la Unidad de Hospitales, Rehabilitación y Servicios de Cuidados. Uno de los pilares de esta dependencia es tener una ventanilla única de atención que valora cada caso a través del “Residential Assessment Instrument (RAI)”, un sistema de valoración creado en Norteamérica y ampliamente utilizado en países como Japón, Nueva Zelanda, Canadá o Australia. De forma excepcional, Finlandia lo ha integrado dentro de su normativa como el único sistema de valoración a usar en todo el país para la valoración y asignación de recursos asistenciales para las personas mayores. No me voy a extender aquí a explicar en qué consiste, porque hay suficiente literatura científica sobre los beneficios de este sistema que lo pueden explicar con mucho más detalle. Solo quiero destacar que este es el eje sobre el que corre todo el sistema de cuidados en Finlandia, es su infraestructura de información centralizada e interoperable entre todos los actores del sistema. Este sistema de valoración, que para el caso de Helsinki ha sido personalizado con un formulario de 400 preguntas, es clave para que la ciudad pueda personalizar los servicios y tener una respuesta rápida ante las necesidades de las personas mayores que requieren cuidados.

El centro de servicios (Senior Service) para personas mayores que visitamos es solo uno de los múltiples nodos de información a los cuales las personas mayores y sus familiares pueden acudir para pedir asesoramiento y ayuda, también pueden hacerlo por teléfono o internet. Todo este sistema de información se llama “senior.info”. Pero el “Senior Service” de Kinapori tiene muchas más sorpresas que empezamos a descubrir mientras paseábamos por sus corredores.

Los centros de servicios senior (Senior Services) como el de Kinapori proporcionan un lugar de encuentro acogedor para los mayores y personas desempleadas, ofreciendo apoyo y asistencia en sus actividades diarias. Tienen ordenadores con conexión a internet, biblioteca, comedor, piscina, gimnasio, aulas de oficios para carpintería, metalurgia y cerámica. Además, estos centros también funcionan como hogares para clientes a corto y largo plazo que necesitan alojamiento en residencias y hogares grupales.

Infografía explicando el funcionamiento de un centro de servicios para personas mayores en Helsinki, con cuatro niveles de servicio: actividades, valoración y rehabilitación, estancias temporales, y atención 24 horas.

En los centros de servicio se ofrecen diversas actividades organizadas específicamente para clientes mayores y personas desempleadas. Estos centros brindan un valioso apoyo a las familias de cuidado informal y organizan actividades diurnas para individuos que viven en casa. Estas actividades tienen como objetivo promover el bienestar, la rehabilitación y la vida independiente de los residentes mayores de Helsinki con problemas de memoria o capacidad funcional disminuida, y apoyan los cuidados en el hogar con el fin de mantener la independencia de las personas mayores.

La planificación de las actividades y el derecho de uso de servicios mucho más especializados que se despliegan a través de los gestores de caso de los centros para mayores y otros nodos del sistema serían imposibles de gestionar sin un sistema robusto de información que guarda e integra la historia sociosanitaria de cada usuario y que se actualiza con el tiempo para ver la evolución de las necesidades y la carga de servicios necesarios, como la teleasistencia o los cuidados 24/7 en el hogar.

Hasta aquí todo suena muy positivo, pero este sistema no está exento de desafíos. La tensión entre los servicios en el hogar y los servicios de atención directa institucionalizada en casos de dependencias más graves siempre está presente, especialmente cuando el coste y nivel del servicio se hace insostenible en comparación con la residencia, que facilita mucho más el cuidado al aprovechar las economías de escala. Sin embargo, este no parece ser el punto más crítico de la discusión, ya que todos los actores comprenden que el objetivo es mantener la independencia y autonomía de las personas en su hogar el mayor tiempo posible. Este es un aspecto del cual el sistema de seguridad social finlandés se enorgullece. Como resultado para el 2021, menos del 1% de las personas mayores de 75 años en Finlandia necesitaban la institucionalización, cuyo acceso está altamente regulado a través de criterios muy específicos. Esto no significa que solo haya un 1% de plazas residenciales; si se cuentan las plazas de estancias temporales y rehabilitación, el sistema está diseñado para dar servicio al 9% de la población mayor de 75 años. Sin embargo, la mayoría de las estancias son esporádicas, con el objetivo de facilitar el regreso al hogar en la mayoría de los casos.

Tabla que muestra la evolución de los servicios destinados a personas mayores de 75 años en Finlandia.

Por supuesto, quienes pueden costearlo de su bolsillo pueden ingresar en una residencia privada, que en su mayoría ofrece plazas individuales o para parejas, similares a microapartamentos. Estas residencias privadas a menudo se convierten en una solución inmobiliaria con un componente de servicios a demanda. Si aumenta la necesidad de cuidado, este puede ser complementado con la ayuda a domicilio que ofrecen los municipios o el propio operador. Con el tiempo, el usuario puede pasar a una plaza más convencional de residencia en el mismo centro, similar a las que conocemos en España. Sin embargo, estas opciones son la excepción y solo son viables para un segmento de la población con alto poder adquisitivo, dispuesto a pagar más de 6000 € al mes. La mayoría de las residencias de atención de larga duración en Finlandia tanto de operadores publicos como privados trabajan en colaboración con los municipios, no superan las 50 plazas por normativa y su acceso está limitado a casos de altisimo nivel de servicio que realmente lo necesiten. Para todo lo demás, los servicios de rehabilitación, estancias temporales y ayuda a domicilio son la solución más frecuente y extendida.

En conclusión, mientras España continúa su búsqueda de soluciones eficaces para el cuidado de las personas mayores, es fundamental superar los disfemismos y las comparaciones superficiales que empobrecen el debate. La experiencia de Finlandia, especialmente en Helsinki, destaca la importancia de un enfoque que priorice la independencia y autonomía de los mayores en sus hogares, apoyado por un sistema de información robusto y un modelo de atención integral. Aunque no todos los aspectos son directamente aplicables a España debido a las diferencias estructurales y culturales, las lecciones aprendidas pueden inspirar mejoras significativas en el sistema español, siempre con el objetivo de ofrecer una atención digna y eficiente a nuestra población envejecida.


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Escrito por Juan P. Correa Antropologo y gerotecnologo. Trabajo en la interacción del universo digital y la gerontología. Vivo en Finlandia, trabajo para España y soy Colombiano Deberias seguirme en Mastodon

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